Cómo hacer leche frita casera: un postre tradicional, fácil y riquísimo.

La leche frita es uno de esos postres caseros y tradicionales muy sencillos de elaborar y realmente deliciosos.

Para nosotros éste es uno de los postres más ligados a nuestra infancia.

Y es que en muchas ocasiones era con este delicioso postre casero con el que nos agasajaban nuestras madres y abuelas cuando éramos pequeños.

Así que hemos querido rendir un más que merecido homenaje a nuestras madres y abuelas y compartir contigo esta receta tradicional.

Para elaborarla tan solo necesitarás un puñado de ingredientes de los que siempre tenemos en casa y que además son muy baratos.

Y también un poco de paciencia.

Pero todo lo que es realmente bueno se hace esperar.

Así que, si no sabes cómo hacer leche frita, a continuación te explicamos paso a paso cómo elaborar esta sencilla receta.

Y como tengo la inmensa suerte de tener una madre gallega que es una excelente cocinera, además compartiremos contigo todos sus trucos y secretos para elaborar la leche frita perfecta.

Si nunca has probado la leche frita, ya estás tardando en hacerlo… ¡es deliciosa!

Además es un postre que no contiene mucha grasa y es uno de los dulces menos calóricos y más ricos que conocemos.

Y podemos asegurarte que a los niños les encanta, así que...

¡Sigue leyendo y aprende cómo hacer leche frita casera!

Ingredientes necesarios

Estos son los ingredientes que necesitarás para elaborar esta receta de leche frita:

Para la crema:

  • 500 mililitros de leche.
  • 90 gramos de azúcar.
  • 1 yema de huevo.
  • 30 gramos de harina fina de maíz (maicena).
  • 30 gramos de harina de trigo.
  • La cáscara de medio limón.
  • 1 rama de canela.
  • 1 pizca de sal.

Además, para rebozar y freír la leche frita necesitarás:

  • 2 huevos.
  • 100 gramos de harina de trigo.
  • Aceite de oliva suave o aceite de girasol.
  • La cáscara de medio limón.
  • 100 gramos de azúcar
  • 30 gramos de canela en polvo.

Estos son todos los ingredientes que necesitarás para elaborar esta receta de leche frita casera tradicional.

Aunque hay diferentes variaciones sobre esta receta clásica en las que se incorporan otros ingredientes.

Al final de este artículo encontrarás información sobre todas estas variantes y esos ingredientes adicionales.

De este modo podrás probarlas todas y decidir cuál te gusta más.

Plato con 3 trozos de leche frita y una rama de canela

Plato de leche frita casera lista para ser disfrutada.

En cuanto a esta receta clásica nuestra recomendación es que utilices leche entera.

Pero si prefieres elaborar un postre con menos calorías, puedes sustituirla por la misma cantidad de leche semidesnatada o desnatada.

Si sufres intolerancia a la lactosa puedes utilizar leche sin lactosa.

Y si sufres intolerancia al gluten puedes sustituir la harina de trigo por la misma cantidad de maicena o harina de maíz.

También hay quien utiliza únicamente harina de trigo y prescinde de la fécula de maíz o maicena.

Pero te recomendamos que uses ambas harinas en las proporciones que te indicamos.

De este modo lograrás que la masa espese antes y que quede más firme y compacta cuando se enfríe.

Así podrás cortarla y freirla con mucha más facilidad.

Y tendrá la textura y consistencia ideales.

Si sigues una dieta vegana, al final de este artículo encontrarás información sobre cómo elaborar leche frita vegana.

La receta tradicional utiliza harina y huevo para rebozar la leche frita.

Sin embargo no es así como la reboza mi madre, que es más gallega que responder a una pregunta con otra pregunta.

Mi madre, en lugar de harina, utiliza el polvo resultante de pulverizar un paquete de galletas María para rebozar la leche frita antes de pasarla por el huevo.

Te recomendamos que pruebes ambas versiones y decidas cuál de ellas te gusta más.

La cantidad de azúcar que te indicamos es aproximada.

La cantidad adecuada será la que a ti más te guste.

Pero esta cantidad de azúcar es un buen punto de partida.

Prueba el resultado y la próxima vez que hagas la receta adapta la cantidad a tus gustos.

La pizca de sal resulta también fundamental y es un truco excelente para obtener una leche frita increíble.

Como sabrás la sal es un potenciador del sabor.

Así que esa pequeña cantidad de sal servirá para realzar todos los sabores de este riquísimo postre.

Utensilios de cocina necesarios

Los utensilios de cocina que necesitarás para elaborar leche frita son:

  • Un colador fino o un tamiz para tamizar las harinas.
  • Una sartén o una tartera para elaborar la masa, preferiblemente antiadherente.
  • Unas varillas de cocina o una cuchara de madera para remover.
  • Una fuente no muy grande y con al menos 4 o 5 centímetros de profundidad.
  • Un cazo o una sartén para freír la masa una vez rebozada.

Aunque puedes utilizar una cuchara de madera para remover la masa durante su elaboración, te recomendamos que utilices unas varillas de cocina.

Si utilizas una sartén o una tartera de superficie antiadherente, lo mejor es que utilices unas varillas recubiertas de silicona.

De este modo no se estropeará el recubrimiento antiadherente del recipiente.

Aunque mucha gente utiliza un cazo para elaborar la masa de leche frita nosotros te recomendamos que utilices una sartén o una tartera grande.

De este modo la superficie del recipiente en contacto con el fuego será mayor.

Y así la mezcla se calentará antes y te llevará menos tiempo elaborar la receta.

Necesitarás una fuente en la que verter la masa una vez preparada.

Debe ser una fuente lo suficientemente grande como para que al verter la masa en su interior ésta adquiera una altura de entre 1 y 2 centímetros.

Si quieres asegurarte de que la fuente es del tamaño adecuado, vierte en su interior 750 mililitros de agua.

Y mide la altura del agua.

Si esta altura se encuentra entre 1 y 2 centímetros, habrás encontrado la fuente ideal.

Puedes utilizar un colador muy fino o mejor aún: un tamizador de harina.

A continuación te mostramos el que nosotros utilizamos.

Y no dejamos de recomendarlo ya que, además de ser muy barato, resulta muy cómodo.

Tan solo necesitas una mano para utilizarlo por lo que tendrás la otra mano libre para remover.

Es uno de esos utensilios de cocina muy baratos que nunca te arrepientes de haber comprado.

Tamizador de harina manual, ideal para elaborar recetas de panadería y repostería

Tamizador de harina manual

Este fantástico y barato utensilio de cocina te permite tamizar la harina de cualquier receta usando una sola mano y dejándote la otra mano libre para remover.

Cómo hacer leche frita paso a paso

A continuación te explicamos paso a paso cómo elaborar una leche frita realmente deliciosa.

Y como verás... ¡no puede ser más fácil!

Estos son los pasos que debes seguir:

Lava muy bien el limón y después sécalo por completo.

Utiliza un cuchillo bien afilado o un pelador de cocina para quitarle la piel.

Si incluyeses la parte blanca bajo la cáscara del limón obtendrías una leche frita con sabor amargo.

Y eso es justo lo contrario de lo que queremos.

Vierte 350 mililitros de leche en una sartén o una tartera grande, reservando los otros 150 mililitros de leche.

Echa también en el mismo recipiente los 90 gramos de azúcar, la rama de canela y la cáscara de medio limón.

Pon a fuego medio y espera hasta que esté a punto de hervir, removiendo de vez en cuando con las varillas para disolver por completo el azúcar.

Cuando esté a punto de hervir baja el fuego y déjalo a fuego suave.

Cuando empiece a hervir, deja que hierva durante unos 5 o 10  minutos mientras remueves lentamente.

De este modo la leche se llenará del sabor a limón y canela.

Retira la tartera del fuego, tápala y déjala reposar durante 20 minutos.

Pasado este tiempo saca de su interior el limón y la canela.

La mejor forma de hacerlo es pasando la leche por un colador para evitar que después nos encontremos trozos de canela en la mezcla.

Una vez colada vuelve a echar la mezcla en la tartera y vuelve a ponerla al fuego.

En un bol tamiza los 30 gramos de harina de trigo y los 30 gramos de harina fina de maíz o maicena.

Mézcla bien ambas harinas con unas varillas bien secas.

Echa poco a poco los 150 mililitros de leche restantes sobre la mezcla de harinas, removiendo con las varillas constantemente para evitar que se formen grumos.

Remueve con las varillas hasta obtener una mezcla uniforme en la que las harinas se hayan disuelto por completo en la leche.

Al hacer esta mezcla en frío evitaremos la formación de grumos.

Cuando tengas una mezcla uniforme echa la yema de huevo y remueve de nuevo con las varillas hasta obtener nuevamente una mezcla homogénea.

Cuando la leche esté de nuevo a punto de hervir vierte muy poco a poco el contenido del bol dentro de la tartera que contiene la mezcla.

Remueve constantemente con las varillas hasta tener una mezcla uniforme.

Incorpora una pizca de sal.

Esto ayudará a realzar todos los sabores.

Ahora tendrás que remover constantemente hasta que comience a hervir.

De lo contrario la harina puede pegarse al fondo del recipiente.

Por eso te hemos recomendado usar una tartera o sartén antiadherente.

A medida que la mezcla se vaya calentando irás notando cómo se va espesando.

Cuando empiece a hervir, deja que la mezcla hierva sin dejar de remover.

Tendrás que seguir removiendo a medida que la crema sigue espesando.

Este proceso durará unos 15 o 20 minutos.

Es importante que el fuego esté al mínimo para que la crema no se pegue al fondo del recipiente y el resultado final tenga una textura más suave y cremosa.

Sabrás que la mezcla está lo suficientemente espesa si al remover con las varillas éstas dejan un rastro en la crema.

Cuando la mezcla está lo suficientemente espesa y cremosa, al retirar las varillas la mezcla que se ha quedado pegada a ellas no se caerá.

En este momento puedes probar la mezcla con cuidado de no quemarte.

Si no está lo suficientemente dulce para tu gusto puedes añadir un poco más de azúcar en este momento, removiendo con las varillas hasta que se incorpore por completo.

Cuando la mezcla está lo suficientemente espesa apagamos el fuego.

A continuación echamos la mezcla con cuidado dentro de una fuente ayudándonos con una espátula de cocina o una cuchara.

La fuente debe ser lo suficientemente grande como para que al verter la mezcla en su interior ésta alcance una altura de unos 2 centímetros aproximadamente.

Es decir, la altura de un dedo, más o menos.

Y te recomendamos que untes la fuente con mantequilla o un aceite suave para evitar que la mezcla se quede muy pegada.

Otra opción consiste en llenar la fuente de agua y luego vaciarla antes de echar la mezcla en su interior.

Así también lograrás evitar que le mezcla se pegue en exceso al recipiente.

De este modo te resultará más fácil retirar la crema cuando vayas a rebozarla.

Cuando eches toda la mezcla dentro de la fuente alisa la superficie con una espátula o una cuchara.

Deja la masa que has colocado en la fuente se enfríe hasta alcanzar la temperatura ambiente.

Cuando esto ocurra cubre la masa con papel film transparente para evitar que se reseque.

Guarda la fuente en el frigorífico durante al menos 12 horas.

De este modo podrás rebozar la mezcla con mucha más facilidad.

Lo ideal es preparar la masa y dejarla en la nevera hasta el día siguiente.

Transcurrido este tiempo tendrás la masa muy fría.

Saca la fuente del frigorífico y utiliza un cuchillo para cortar la masa en trozos del mismo tamaño.

Puedes darle la forma que quieras a estos trozos.

Pero te recomendamos que no sean demasiado grandes.

El tamaño ideal es el que te permita comértelo en un par de bocados.

Bate 2 huevos y resérvalos en un plato hondo.

Echa 100 gramos de harina de trigo en un plato.

Echa en un plato hondo 100 gramos de azúcar y 30 gramos de canela en polvo.

Mezcla bien la canela con el azúcar utilizando una cuchara hasta obtener una mezcla uniforme.

Pon aceite suave de oliva o aceite de girasol a fuego medio en una sartén pequeña o en un cazo.

Añade a la sartén la cáscara de medio limón.

Es preferible que la sartén o cazo no sea demasiado grande.

Así no gastarás mucho aceite.

Te recomendamos que utilices aceite de girasol o un aceite de oliva muy suave para que el aceite no aporte ningún sabor a la receta.

Ahora tendrás que rebozar los trozos de masa.

Para ello pásalos primero por la harina, recubriéndolos por todos sus lados.

A continuación sacude el exceso de harina y después pasa cada trozo por el huevo hasta que quede completamente rebozado en harina y huevo.

A continuación echa los trozos de masa rebozados en la sartén cuando el aceite esté bien caliente.

Cuando creas que la parte inferior de cada trozo está bien dorada, dale la vuelta con unas pinzas.

Cada vez que un trozo esté bien dorado por ambos lados sácalo a un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.

Repite esta operación hasta que hayas frito todos los trozos.

No introduzcas demasiados trozos al mismo tiempo en la sartén.

De este modo evitarás que la temperatura del aceite baje y obtendrás un mejor resultado.

Mientras vas friendo los trozos de leche frita aprovecha para ir rebozando en la mezcla de azúcar y canela los trozos que ya has frito y escurrido en el papel absorbente.

Es mejor que hagas esto mientras la leche frita aún está caliente.

Una vez rebozado cada trozo en azúcar y canela por ambos lados colócalo en la fuente en la que vayas a presentar la leche frita.

Repite esta operación hasta haber frito y rebozado todos los trozos de leche frita en esta mezcla de azúcar y canela.

Trozos de leche frita casera sobre un plato

Otra versión de leche frita casera, lista para ser disfrutada.

Llegados a este punto tu deliciosa, cremosa y tradicional leche frita ya está lista para ser disfrutada.

Verás cómo los más golosos de la casa disfrutarán como nunca con este postre.

¿A qué no puede ser más fácil elaborar esta receta de leche frita?

Ahora ya solo te falta probarla.

Y, por supuesto, cuando la pruebes tienes que contarnos en los comentarios si te ha gustado.

Seguro que hasta el gran Karlos Arguiñano estará orgulloso de ti.

Estamos seguros de que cuando elabores esta receta de leche frita no sobrará nada.

Pero al tratarse de un rebozado, no es un postre que se conserve muy bien una vez hecho.

Así que, si ves que has elaborado otros postres y crees que no vas a consumir toda la leche frita, lo mejor es que frías únicamente la cantidad que vayas a consumir.

El resto de la masa puedes conservarla sin problemas en el frigorífico durante 2 o 3 días y rebozarla y freírla cuando llegue el momento ideal para disfrutarla.

Saber más sobre la leche frita

La leche frita es un dulce típico español.

Son varias las provincias que reclaman haber sido las creadoras de este postre tan tradicional.

Sin embargo no hemos encontrado ninguna referencia fiable sobre su origen.

Lo que sí parece claro es que es un postre típico de todo el norte de España.

Y que es muy popular en provincias como Salamanca o Palencia.

Aunque la leche frita gallega, asturiana o vasca son igualmente populares.

En regiones como el País Vasco también se conoce a la leche frita con el nombre de tostadas de crema o tostadas de natilla. 

Esta denominación se utiliza para la leche frita cuando ésta lleva yema de huevo.

Probablemente porque entonces la receta es prácticamente idéntica a la de una crema pastelera.

Aunque mucho más espesa para que pueda ser cortada y rebozada con facilidad.

La leche frita es un postre que puede consumirse en cualquier época del año.

Aunque suele elaborarse con mayor frecuencia para celebrar festividades como:

  • El carnaval.
  • La Semana Santa.
  • O también durante la época de Cuaresma.

Variaciones sobre la receta original

Al igual que ocurre con otras muchas recetas tradicionales y caseras, existen tantas recetas de leche frita como casas en las que se elabora.

Cada familia introduce sus propios trucos y variaciones sobre una serie de elementos comunes que se repiten en todas estas recetas.

Y como suele ocurrir también con otras recetas clásicas, cada familia ridiculizará otras variaciones de la receta diferentes a la propia.

Así que vamos a contarte cuáles son las variaciones más habituales existentes sobre esta receta.

Nuestro consejo es que elabores la receta básica que te contamos.

Y que después pruebes aquellas de estas variaciones que te resulten más apetecibles.

Introduce un único cambio en la receta cada vez.

Y decide qué versión te gusta más.

Así acabarás por tener tu propia receta de leche frita y habrás creado una versión adaptada a tus gustos.

Y por supuesto… te habrás ganado el derecho a ridiculizar cualquier otra versión diferente a la tuya.

Leche frita sin lactosa

Si sufres intolerancia a la lactosa o vas a hacer este postre para alguien que la padece puedes sutituir la leche por la misma cantidade de leche sin lactosa.

Versión sin gluten para personas celíacas

Si sufres intolerancia al gluten o vas a elaborar este postre para alguna persona celíaca, tan solo tienes que sustituir la harina de trigo de la receta por la misma cantidad de harina fina de maíz o maicena.

¿Con naranja o con limón?

En la receta que te hemos explicado hemos utilizado únicamente cáscara de limón.

Pero hay quien hace esta receta utilizando cáscara de naranja en lugar de la de limón.

E incluso quien utiliza cáscara de naranja y también de limón.

Lo cierto es que puedes utilizar la cáscara del cítrico que más te guste: limón, naranja, lima, pomelo.

Prueba a elaborar la receta utilizando diferentes cítricos y decide qué resultado te gusta más.

¿Con o sin mantequilla?

Aunque en la receta que te hemos contado no se emplea mantequilla, hay muchas recetas de leche frita en las que sí se utiliza.

Las recetas que añaden mantequilla aseguran que de este modo se obtiene un resultado más cremoso y una crema con más brillo.

Y es cierto que la crema adquiere más brillo, pero como vas a rebozarla tampoco notarás ese brillo.

Y en cuanto a la cremosidad nosotros no hemos notado ninguna diferencia entre usar o no mantequilla.

Así que no añadimos mantequilla a nuestra receta y así nuestra leche frita tiene menos grasa y menos calorías.

Si quieres probar a elaborar leche frita con mantequilla añade 30 gramos de mantequilla a la leche en el momento en el que añades la cáscara de limón y la canela.

El resto de la receta es exactamente igual.

Prueba el resultado y decide si te gusta más con mantequilla o sin ella.

¿Con o sin vainilla?

Sobre este aspecto también hay opiniones para todos los gustos.

Hay abuelas que se llevarán las manos a la cabeza si les dices que le vas a echar vainilla a la leche frita.

Pero sobre gustos no hay nada escrito.

Si te gusta la vainilla y quieres probar cómo le queda a la leche frita lo que debes hacer es usar una vaina de vainilla.

Ábrela y raspa el interior de la vaina con el cuchillo.

Echa todo lo que has conseguido raspar dentro de la leche en el momento en el que eches la cáscara de limón.

Y echa el resto de la vaina también.

El resto de la receta es exactamente igual.

Hay quien le echa una vaina de vainilla en lugar de la rama de canela.

Y hay quien le echa ambas cosas.

También hay quien le echa un chorrito de esencia de vainilla en lugar de utilizar una vaina.

Una vez más, nuestro consejo es que pruebes y decidas cómo te gusta más.

¿Con o sin maicena?

Hay quien elabora esta receta sin maicena.

Y también quien utiliza únicamente maicena.

Nuestro consejo es que utilices una mezcla de harina y fécula de maíz (maicena) siguiendo las cantidades que te hemos explicado.

Esa cantidad de harina fina de maíz (maicena) ayudará a que la masa de leche frita espese antes.

Pero si utilizas demasiada maicena en lugar de obtener una masa cremosa y suave puedes obtener una especie de engrudo.

Así que te recomendamos que tengas cuidado con las cantidades y las proporciones.

¿Sal en la masa?

Sí, has leído bien.

Nuestro consejo es que eches una pizca de sal en la masa, tal y como te hemos explicado en esta receta.

La sal es un gran potenciador del sabor.

Por lo que esa pizca de sal ayudará a realzar todos los sabores.

Si no nos crees, prueba a elaborar esta receta con y sin sal y cuéntanos en los comentarios si estás de acuerdo con nosotros.

Receta de leche frita vegana

Si sigues una dieta vegana te resultará muy fácil adaptar esta receta para utilizar únicamente productos de origen vegetal.

Lo único que tendrás que hacer es eliminar la yema de huevo de la receta.

Y sustituir la leche por la misma cantidad de alguna leche vegetal, como: leche de almendra, de soja o de avena.

Tan solo debes tener en cuenta que estas leches vegetales ya suelen estar endulzadas.

De modo que tendrás que reducir la cantidad de azúcar de la receta en función de la cantidad de azúcar de la leche vegetal que utilices.

Para rebozar la leche frita antes de freírla en lugar de huevo batido puedes utilizar una mezcla de harina y agua.

Para esta mezcla puedes utilizar cualquier tipo de harina, aunque la más utilizada suele ser la harina de garbanzos.

Versión para niños

La leche frita es un postre que por lo general les suele encantar a los peques de la casa.

Pero si hay alguno de estos locos bajitos se resiste a querer probarla... ¡tenemos un truco infalible!.

Tan solo tienes que añadir 40 gramos de cacao en polvo a la leche antes de ponerla al fuego.

Y remover bien con las varillas hasta disolverlo por completo.

El resto de la receta es exactamente igual a como te la hemos contado.

De este modo la leche frita tendrá el color y el sabor del chocolate.

Y entonces seguro que ningún peque se resistirá a probarla.

Te lo decimos por experiencia ya que mi madre siempre le añadía cacao a una parte de la masa de leche frita cuando era un niño.

¡Y funcionaba, porque no podía resistirme!

Con leche condensada

Si te gusta el sabor de la leche condensada te animamos a que pruebes esta versión de leche frita con leche condensada.

La leche condensada le proporciona un sabor y una textura diferentes.

Incorporar la leche condensada a la receta es muy sencillo.

Lo único que tienes que hacer es sustituir la tercera parte de la leche de la receta por leche condensada.

Luego mezcla la leche con la leche condensada, removiendo bien con unas varillas hasta que tengas una mezcla homogénea.

Como la leche condensada es dulce, también tendrás que reducir la cantidad de azúcar de la receta y utilizar únicamente 60 gramos.

Estos son los únicos cambios que necesitarás hacer.

El resto de la receta es idéntico a como te lo hemos contado.

Si pruebas esta versión con leche condensada cuéntanos en los comentarios qué te parece el resultado… ¿mejor con o sin leche condensada?

Plato con 3 hileras de trozos de leche frita casera

Existen tantas formas de presentar y acompañar la leche frita como formas diferentes de elaborarla.

Presentación y acompañamiento

Si hay montones de formas diferentes de hacer leche frita también las hay de servirla y acompañarla con otros ingredientes.

Tal y como te hemos contado, a nosotros nos gusta presentarla únicamente rebozada en una mezcla de azúcar y canela en polvo.

Pero esta receta admite muchas otras variantes.

Por ejemplo, hay quien reboza y fríe la leche frita, la coloca en una fuente y echa por encima de ella un almíbar ligero.

A veces a este almíbar se le añade zumo o piel de naranja.

También hay quien acompaña la leche frita con:

  • Salsa de fresas.
  • Salsa de frambuesas.
  • Frutos rojos.
  • Salsa de caramelo salado.
  • Mousse de chocolate.
  • Sorbete de fresas.
  • Helado de chocolate.
  • Salsa de chocolate.
  • Caramelo líquido.
  • Hilos de caramelo.
  • Sirope de arce.
  • Salsa de moras.
  • Cacao en polvo espolvoreado sobre ella.
  • Nata montada.
  • Crema de vainilla.
  • Miel.
  • Ralladura de limón, naranja o lima.
  • Yogur bien frío.
  • Coco rallado.
  • Mermelada de fresa o cualquier otra fruta.

Incluso hay quien riega o flambea la leche frita con algún licor.

Como ves las posibilidades de este delicioso postre tradicional son infinitas.

Esperamos que te animes a probarlo y que esta receta te permita disfrutar mucho.

Estamos seguros de que no la harás una sola vez y de que la repetirás muchas veces.

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